Adios

Imposible, era sencillamente imposible de creer. Mientras sentía este dolor crecer en mi pecho, y la sangre escapando de mi cuerpo, me era inconcebible imaginar que este dolor, esta agonía, era causada por mi dulce Isabella.
Tan linda, tan tierna, tan dulce.
Siempre ahí para mi, siempre lista para ayudarme o darme una mano, a mi lado todo el tiempo.
Era casi perfecta, mas el único defecto que encontré en ella, fue su madurez.
Esa ansia por crecer, por madurar, por adelantarse a la edad de las cartas y las promesas de amor. Yo, siempre consciente de su amor por mi, disimule mi conocimiento de sus sentimientos, en un deseo de disfrutar libremente mi infancia, con la certeza de que al crecer, yo mismo le declararía mi amor.
Mas ahora, mientras siento que la vida escapa de mi cuerpo, y la observo con tristeza y temor, me doy cuenta de la verdad que escondí de mi mismo durante años, ella no quería esperar.
Ahora escucho su voz, jurándome que me vera en el infierno; en este momento, es cuando tengo la certeza absoluta, de que no la volveré a ver, así que, con mi ultima sonrisa le contesto, mientras me desangro en sus brazos.
-Adiós Izzy... Adiós...